domingo, 20 de junio de 2010

Día del padre

El hombre del espacio

Hace mil años que no escribía por estos lados, y también hace mil sucesos que no me aparecía por mi mágico rincón de penas pensadas a mares de lágrimas. Pero hoy siento que es distinto y ya todo ha cambiado; hoy es el día del padre, mi primer real día del padre y es todo tan inmenso que prefiero compartirlo un poco.


La cándida Eréndira me dio un hijo hermoso hace casi un año, la muy desgraciada no conforme con darme un giro en mi vida con su aparición y la de la niña distraída, me termino de quebrar el cuello en tan brusco giro al darme un primogénito (TE AMO MUCHO TOTA). Nunca pensé que ser padre me haría tan feliz, y lo admito que a veces es fome, pero no puedo evitar llenar mis ojos de lágrimas cada vez que lo veo jugar en la sala cuna o cuando desde el suelo me pide ayuda para pararse.


Tal vez nunca me sentí tan padre dentro de todo este año como cuando casi pierdo a mi hijo y creo que eso vale la pena contarlo y retomar este espacio.


Yo vivo en Chile en la ciudad de Concepción y hasta el 27 de febrero de este año vivía en un hermoso y centrico edificio de esta ciudad, pero aquella noche todo cambio. El terremeoto boto mi edificio mal construído junto con todos mis tesoros dentro, y obviamente a mis dos tesoros más preciados, mi hijo y mi esposa, por suerte la niña distraída no estaba esa noche. Si eres de aquellos amigos extranjeros que paseaban por estos lugares mi edificio se llamaba Alto Río y fue el único edificio de Chile que colapso completo. Fue en aquellos momentos luego de la caída que sentí lo que significa ser padre, por un momento pensé que mi cachorro humano había muerto, lo moví y lo llame en la oscuridad "Cachorro!!!, Hijo!!!!, Maxito!!!! hasta cuando descubrí que mi hijo no había muerto luego de aquel desastre, de que apreto mi dedo con mucha fuerza, sentí que mi vida podía continuar, que no había perdido mi corazón, ni mis ojos, ni mi voz que sea como sea había que sacarlo de ahí y es eso ser padre. Ser padre no es querer vivir más para ver tus hijos crecer, es querer vivir más para que ellos puedan crecer, por eso cuando vinieron a rescatarnos no dude en pedirle al rescatista que tomara a mi hijo y lo salvara antes de que todo el edificio terminara de desarmarse y nos enterraramos más, no quería que me rescataran, sólo me importaba que se salvara mi hijo. Finalmente no pasó nada de eso, salí con mi hijo arratrándome por el pasillo volteado del edificio y luego salí por la ventana del departamento 604, pero comprendí que ser padre es algo más que darle el apellido a un niño y creerse más hombre por eso, es ser capaz de dejar de hacer niñerías y dedicar tu vida a que ellos vivan.


Por eso aprovecho esta ocasión para desarle Feliz Día a mi Papá que durante las horas posteriores al terremoto también debe haber sentido que un pedazo de Él se le escapaba.