viernes, 15 de mayo de 2020

No fui campeón



¡Grande campeón! Exclamaban mis compañeros de colegio al enterarse de alguna experiencia sexual consumada por otro.

Crecí sin saber jugar, pegándole a la pelota con el pie equivocado, usando las palabras equivocadas. Mis actitudes no eran de campeón, no fanfarroneaba, no peinaba mí pelo hacia atrás, ni ignoraba a las mujeres. No fui campeón, era el amigo eterno y perdedor.

No fui campeón con aquella chica del bus. No supe hacer la finta, ella me contó los problemas con su novio y yo sólo escuché. Cuándo quiso besarme la evité, estaba emocionalmente vulnerable y no lo creí justo. No fui campeón, desperdicié el gol al frente del arco, pefrerí ser correcto.

Nunca entendí el fuera de juego, veía la oportunidad de formar amistad y me posicionaba dónde creía correcto, cerca del área observando la soledad del portero. No fui campeón, me convertía en amigo y confidente, estaba fuera de juego.

No podía dominar el balón, se caía al suelo luego de unos golpes, no más de dos o tres botes. No entendía cómo acercarme para conquistar, me aterraba hablar, no sabía mover la situación, quería hablar de sentimientos y se fue con un conocido. No fui campeón, la pelota se la llevó otro y disfrutó del elogio.

No entendía las jugadas ni los movimientos de pies, era demasiado directo dijo el profesor. No sabía engañar, ni ocultar, ni ilusionar falsamente para obtener un gol. Iba con la verdad y era fiel , no quería hacer sufrir, ni lesionarme. No fui campeón, otros entendían las jugadas, engañaban, hacían sufrir y enamoraban al público.

Tuve la oportunidad de fichar en un gran equipo, pero era demasiado joven e ingenuo. Esa mujer se acercó y me ofreció goles y fama, ser un campeón con nuevos zapatos y olor a camarín, vender mi alma y traicionar al equipo de mi abuelo. Hoy entiendo que era un abuso y las condiciones falsas. No fui campeón, fui engañado y abusado.

No fui campeón y hoy me duele pese a que el fútbol no me gusta y estuve en lo correcto.