Existen muchos tipos de reflejos, pero por hoy sólo dos me llaman la atención y la inspiración. Podemos decir que el primer tipo me lleva a preguntar por el otro.
Hablemos de reflejos como actos reflejos. Es un actuar por instinto, por más evolucionado que seamos, siempre hay un acto animal detrás cada acción. Nos podemos sentir atacados, solitarios, desesperados, perdidos, mordidos o idos y actuaremos por instinto obteniendo como resultado generalmente algo que no teníamos intención de hacer o ser. Es así como muchas veces he dañado a personas que fueron importantes, ante la desesperación de mi soledad, al sentirme atacado por ellos, incomprendido, ido. Para esa gente yo he muerto, ya no existo más que como aquel punto inerte del big bang, esa parte de nuestro universo que dio origen a una serie de acontecimientos y lugares, pero por su naturaleza jamás se expandió y vive como muerta. Es así que siempre después de mi todas o todos encontraron algo mejor, fui salvador odiado y finalmente peor que el odio he sido olvidado.
Desde mi centro la vida ha tenido que seguir. Un evento desencadena otro y un efecto domino crea el tiempo en su avasallador caminar que jamás se detendrá, ni por Dios, ni por mí o ambos no estaríamos. Es así como al parecer desde universos paralelos, o desde el interior de este punto muerto, he logrado encontrarme con reflejos de personas pasadas. Puede ser que sean el lado B o el lado A, incluso la extensión hipotética del eje z que los convierte en objetos tridimensionales, a veces el eje h les da hasta cuatro dimensiones molestándome de sobre manera. Me erizan la piel y me ponen alerta, ¿golpeo realmente la realidad o el reflejo de un alma ya extinta?.
Reflejos de lejos, o de cerca que me tienen cercado. Mejor reacciono antes de enterarme que me han vuelto a golpear y yo no hice ni un rasguño antes de caer inconsciente en la lona.